top of page

Libertad de expresión censurada

  • Por Nuevas Perspectivas
  • 5 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

El museo Guggenheim de Nueva York abrirá sus puertas a una de las exhibiciones artísticas más importantes del arte contemporáneo Chino, titulada “Arte y China después de 1989: Teatro del mundo”, pero lo hará sin tres de sus piezas, protagonizadas por animales. Luego de fuertes críticas a través de redes sociales y distintas amenazas en nombre de grupos animalistas, el museo ha decidido no exhibir estas piezas y dar su brazo a torcer ante los revuelos en la internet.

Entonces, ¿dónde quedo la libertad de expresión que tanto caracteriza este recinto artístico?

La polémica entre los derechos de los animales y la libertad de expresión, sobre todo en medios artísticos, es un escenario donde en muchas ocasiones, se crean especulaciones emitidas por entidades extremistas, como PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales), utilizando como máscara la defensa de los animales para desinformar y generar un revuelo de la opinión pública, estigmatizando a personas o entidades sin bases verídicas o reales. Como por ejemplo, lo ocurrido con la exposición del artista Austriaco, Hermann Nitsch, a quien le fue cancelada su muestra en el museo Jumex en Ciudad de México en el 2015. El portal change.org afirmó que el artista llevaría a cabo la matanza de animales en vivo; sin embargo, la muestra no consistía en actividades de este tipo, por el contrario, pretendía hacer una crítica a la industria de la carne. Así, se suman a la lista muchas exposiciones y artistas afectados por la desinformación. Los museos se ven obligados a censurarse bajo la presión de las redes sociales y las críticas, dándole la espalda a sus principios de libertad e independencia creativa.

No defendemos el maltrato animal ni mucho menos justificamos el uso del arte para acciones que atenten contra la vida humana o animal, pero sí ratificamos la libertad como un medio de expresión de diferentes pensamientos y nuevas perspectivas frente a infinidad de temas. Es tan grande la desinformación abordada en redes sociales, en el caso del museo Guggenheim, que en realidad las piezas serían vídeos experimentales grabados hace varios años, (“Los perros que no pueden tocarse unos a otros” (2003), de Sun Yuan y Peng Yu, “Un caso de estudio de transferencia” (1994), de Xu Bing y “Teatro del mundo” (1993), de Huang Yong Ping) más no muestras con animales en vivo, como proclamaban distintos usuarios de estas redes. Es completamente ilógico que las declaraciones de la galería señalaran su preocupación ante las reacciones del público, retiraran las obras de arte, y al mismo tiempo, reafirmaran la libertad de expresión como parte de su atributo.

Por otro lado, es comprensible la preocupación por el bienestar de los animales dentro de las exposiciones, pues este tipo de muestras pueden parecer repulsivas y malévolas para muchos; sin embargo, se debe hacer un llamado al respeto y a la búsqueda de la documentación pertinente antes de hacer acusaciones o realizar amenazas en caliente a través de un tweet o un “post” en Facebook.

¿Acaso es justificable la censura del arte gracias a la desinformación y la limitación de las redes sociales? Eso está por verse; a veces lo que se quiere censurar puede terminar sirviendo como una herramienta de cambio o fuente de información ante lo desconocido.


 
 
 

ความคิดเห็น


Posts Recientes 
Encuéntranos en:
  • Facebook Long Shadow
  • Twitter Long Shadow
  • YouTube Long Shadow
  • Instagram Long Shadow

© 2023 por Haciendo Ruido. Creado con Wix.com

  • Facebook Clean Grey
  • Instagram Clean Grey
  • Twitter Clean Grey
  • YouTube Clean Grey
bottom of page